Nuestra naturaleza es una entidad que nos permite establecer relaciones armoniosas de equilibrio. Sin embargo, muchas veces ésta se ve alterada por las formas destructivas de empresarios, gobiernos o el estado mercantilista y autoritario.
El hombre amazónico se caracteriza porque actúa en y para la naturaleza y para su comunidades decir lo mantiene en la condición de ser natural ya que la domestica, humaniza y a su vez la naturaleza lo naturaliza. La naturaleza no es algo externo y opuesto al conjunto de relaciones sociales que establecen los nativos, sino algo relacional estrechamente vinculado a su vida biológica y social. No existe una relación de oposición, y dominación entre naturaleza y sociedad, o entre naturaleza y hombre, como la que se da en la cultura y pensamiento occidental industrial como posindustrial.
El hombre amazónico concibe la realidad como una totalidad integrada por la naturaleza, la sociedad, la cultura, la economía, y la religiosidad. No establece las separaciones o rupturas dicotómicas de tipo ontológico y gnoseológico que establece el pensamiento occidental, separación que exacerba el pensamiento económico de corte neoliberal.
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